La responsabilidad de un medio es poner tu mensaje frente a clientes potenciales, personas que cumplen con las características que has definido. Pero si no tienes claro tu mercado objetivo y no has construido un mensaje de valor que invite al consumidor, o una vetaja competitiva, no puedes responsabilizar a los medios por los pobres resultados.
Diferenciarse es un arte
El desafío no está en hacer publicidad atractiva, el problema es que la publicidad per se ya no es atractiva. Saltamos los comerciales en la televisión, cambiamos la estación de radio y pasamos sin notarlo los anuncios de las revistas. Ahora para sobresalir hay que ser más genuino y menos prefabricado. Hacer las cosas bien es simplemente insuficiente. Hay muchas compañías haciendo las cosas bien. Eso el estándar. Nada nuevo en eso.
Decir no… sin morir en el intento
Decir que no puede llegar a ser hiriente para algunos clientes o percibido como algo rudo o descortés. Por eso hay que hacerlo con mucho tacto. Es importante decir no cuando no estamos en capacidad de hacer lo que nos piden, o cuando creemos que hay un camino mejor. Podemos decir no de buena manera o de mala manera (y siempre tendrá mejor efecto la buena manera).
Casi nadie va a comprar tu producto… ¡Sorry!
Cuando entendemos que no todos son clientes potenciales y que nuestra propuesta de valor es irrelevante para muchos de los que creíamos debían ser fieles consumidores, estamos frente a una estrategia de marketing aterrizada: sólo una pequeña porción es un mercado viable.